Siren is a non-binary bruje of color from Mexico. Their practice is influenced from the years living in the Mayan culture and working with chaos magic.
Siren speaks Spanish as a first language, and has written this essay in Spanish. For the English translation, click here.
Maldiciones como Herramientas para Lucha
Las maldiciones y sus consecuencias han sido objeto de controversia entre los círculos de la brujería neopagana, que ignoran la historia de cómo la magia ha sido usada por grupos marginalizados como protección. Políticas como “luz y amor” no son siempre de utilidad contra la intolerancia, el racismo y la violencia que enfrentamos cada día.
La demonización de las prácticas de brujería por parte de colonizadores ha conseguido implantarnos un sentimiento de culpabilidad cuando nos asalta la idea de vengarnos o de hacer sufrir a aquellos que nos hicieron sufrir también. Nuestros opresores quieren nuestra sumisión y castigan cualquier intento de rebelión. Se aseguraron de estigmatizar la magia de las personas de color, como podemos observar en nuestro lenguaje donde la magia blanca es “buena” y la magia negra es “mala”.
Liberarnos de estos estereotipos es el primer paso hacia la decolonización y el reclamo de la magia y adivinación en las culturas latinas, que eran parte aceptada y respetada de la sociedad.
Maldecir puede ser usado como una protección contra una sociedad que desea nuestras voces silenciadas. Sin embargo, cuando maldecimos a un individuo, tenemos que estar dispuestos a aceptar las consecuencias de nuestros actos. Nuestro maleficio traerá daño y si no estás segure de que realmente quieres hacerlo, no lo hagas.
El primer paso es consultar con nuestros antepasados, nuestros dioses o espíritus guías y con nosotros mismos si maldecir es la herramienta a utilizar. Este tipo de hechizos requieren convicción y convencimiento, dudar o fallar afectará el resultado. En el mejor de los casos, no funcionará y en el peor, se revertirá contra nosotros o con un ser querido.
El segundo paso es decidir el nivel y tipo de daño que queremos realizar. Una maldición pensada directamente al individuo podrá afectar de mayor manera que una genérica. Pensar bien una maldición con la cabeza fría nos permitirá aprovechar esta herramienta de mejor manera. Piensa en un martillo: un clavo en la madera puede entrar con una gran cantidad de golpes, pero un golpe bien acertado con la fuerza correcta, permitirá que el clavo entre sin mayor problema.
El tercer paso es reunir los materiales para el hechizo. Los materiales para una maldición en la brujería suelen ser fáciles de conseguir: el nombre completo, una foto del agresor o algo que haya tocado. Si no cuentas con una foto, un dibujo o una representación de esa persona permitirá realizar el hechizo. Además, dependiendo del hechizo, puedes utilizar partes de animales. Una lengua de cerdo para un policía, un hígado de pollo para un alcohólico, la creatividad es una de tus mejores herramientas para personalizar tu hechizo. Finalmente, no olvides tus protecciones, ya sean velas, cristales o lo que gustes.
El cuarto paso es la realización del hechizo. Es recomendable realizarse algún tipo de limpieza antes y después de cualquier tipo de hechizo, sobre todo cuando se maldice a alguien.
La mayoría de los hechizos de la brujería mexicana indican que los restos del hechizo (ya sean cenizas o las partes de animales que se usaron) sean ubicadas lo más cercano posible del agresor, de preferencia en la puerta de su casa o en su patio. De no ser posible, te recomiendo que lo entierres lo más lejos que se pueda de tu propia casa. Si decides botarlo a la basura, no debe estar más de una noche en tu casa.
Incluso si consideras que maldecir no es una herramienta que tú desees usar, es importante reconocer que es posible utilizarlas para la protección de personas marginalizadas, tan válida como otras.
Comments